martes, 27 de diciembre de 2011

ALIMENTOS Y AROMAS QUE NOS QUITAN EL ESTRÉS

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Llega un momento en nuestra vida que nos encontramos en estado activo realizando tareas durante todas las horas del día, y solamente descansamos para dormir. En este tipo de circunstancias atareadas y contínuas es donde comienza a crecer el estrés. Hoy voy a mostrarte algunos alimentos y aromas que harán que nos calmemos y perdamos un poco de estrés.

Manzanas verdes

El aroma de las manzanas verdes es un desestresante muy natural y simple. Si no estás demasiado conforme con su gusto puede servirte, porque ni siquiera necesitas comerla. Tan solo con respirar, oler e inhalar un poco de su aroma será suficiente para sentir un pequeño alivio sobre el peso general que cargamos en nuestros hombros.
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Beber té siempre nos ofrece una pausa y un respiro de la vida prensada y veloz en la que vivimos. Sin embargo, además de hacer una pausa hay ciertos tipos de té como negro, verde y oolong cafeinado que ayudan a estimular sectores de nuestro cuerpo que combaten el estrés. Tomar unas 5 o 6 tazas de té por día ayuda considerablemente a nuestro organismo.
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Lavanda

El aroma de la lavanda es uno de los más deliciosos de la naturaleza y poder contar con un poco de ella en la oficina y en el hogar nos ayuda a respirar más sana y profundamente.
Estos aromas fuertes fuerzan a nuestro aparato respiratorio a trabajar más profundamente y conseguir una mejor estimulación de todo el cuerpo. El efecto que la lavanda tiene sobre nuestro organismo es sumamente desestresante.
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Coco

El coco puede activar nuestro cuerpo para tranquilizarnos tanto por su aroma como por sus sabores. Al igual que la lavanda, el aroma del coco ayuda a abrir nuestros canales respiratorios y bajar nuestro ritmo cardíaco.
Consumir coco también es una buena forma de bajar el ritmo cardíaco y aliviar un poco el cuerpo y la mente del estrés diario.
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Menta


La menta cuenta con un sabor y un olor muy peculiar el cual no es del agrado de todo el mundo. Sin embargo, si te cuento que varios estudios han considerado a la menta (en todas sus formas, desde las hojas, pastillas, gomas de mascar y aguas saborizadas) como un excelente relajante tal vez la mires con otros ojos.
Además de contar con un rol desestresante, oler un poco de menta cada 2 horas hace que nuestro apetito desaparezca y que nos olvidemos de comer.

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Chocolate negro


Varios estudios han descubierto que consumir chocolate negro disminuye los niveles de cortisol y catecolaminas, estas son dos hormonas asociadas con el estrés y la ansiedad.
Consumir chocolate negro puede hacernos bajar a tierra pero no abuses, ya que el exceso de calorías puede hacerte ganar peso y por ende, otro tipo de estrés.

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Carbohidratos


La serotonina es una de las hormonas que hacen que nuestra mente y nuestro cuerpo se sienta "bien". Podemos estimular la creación de serotonina consumiendo carbohidratos.
Los mejores carbohidratos que podemos consumir provienen de los granos. La harina de avena y la quinoa son dos fuentes muy fuertes de las mismas y estas nos ayudarán a sentirnos mejor.

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Si luego de probar con estos alimentos y aromas continúas sintiendo estrés tal vez sea el momento de hacer una pausa en tu vida y tomarte unas vacaciones. Te recuerdo que el estrés no es algo menor y puede traer problemas no solo en tu mente sino que también en tu cuerpo.
Si esto te interesa tal vez quieras leer sobre algunos trucos para combatir el estrés y sobre algunos síntomas de estrés laboral para que reconozcas qué te está ocurriendo.

martes, 6 de diciembre de 2011

MEDITACION, REDES NEURONALES Y SALUD MENTAL.


La meditación es una práctica milenaria con efectos beneficiosos para el organismo y la salud mental. Pese a que dichos efectos son confirmados por quienes la practican, el mundo occidental no se ha interesado por la meditación a nivel científico hasta hace pocos años. Son cada vez más los datos y los estudios que nos permiten comprobar esos beneficios ya conocidos y que fomentan la incorporación de la práctica meditativa a nuestro día a día.
Meditación en la naturaleza
Alrededor del 50% del tiempo que pasamos despiertos tenemos el cerebro distraído, sin centrarse en nada en concreto, viajando de pensamiento en pensamiento, de sueño en sueño. Aunque pudiera parecer que esos momentos son relajantes, los estudios demuestran que cuanto más deambula nuestro cerebro, menos feliz es la persona. El área que se activa en esos instantes ‘inactivos’ de deambulación de la mente es la Red Neuronal por Defecto y se sabe que está relacionada con el déficit de atención y los trastornos de ansiedad, entre otros. Un nuevo trabajo realizado por investigadores de la Universidad de Yale y publicado en la revista “Proceedings of the National Academy of Sciences” (PNAS) ha evaluado a gente que lleva diez años practicando la meditación y ha comparado, mediante resonancias magnéticas cerebrales, su actividad con la de personas que o no meditaban o no tenían tanta práctica.
En dicho estudio se han centrado en tres tipos distintos de meditación:
  • Meditación de la concentración: se basa en la respiración y en las sensaciones que percibimos de nuestro cuerpo, permitiéndonos centrar y aquietar la mente, estar presentes en el aquí y el ahora.
  • Meditación del amor y la amabilidad: consiste en proyectar sentimientos de amor y estima hacia terceros o hacia uno mismo, evocando y repitiendo mentalmente afirmaciones positivas de refuerzo emocional que necesitemos en ese momento.
  • Meditación de la conciencia sin elección: se trata de centrar la atención en los pensamientos que pasan por la mente, aceptándolos pero no recreándonos en ellos.
En todas estas modalidades, los meditadores mostraron un descenso de la actividad en la Red Neuronal por Defecto e incrementaron la Red orientada a las Tareas, que es aquella que ponemos en marcha cuando queremos conseguir un objetivo. Este efecto se comprobó tanto durante la meditación como en los periodos de descanso, lo que para los investigadores indica que “las personas que meditan durante muchos años desarrollan una nueva red neuronal por defecto en la que hay una mayor conciencia de uno mismo y del presente y menos ensoñación”. Es decir, la meditación nos da la posibilidad de crear nuevas redes neuronales o lo que es lo mismo, nuevas formas de pensar y de dirigir nuestro diálogo interno.
Según afirma el coordinador del estudio, el psiquiatra Judson A. Brewer, “la meditación ya había mostrado sus capacidades para ayudar a dejar de fumar o a sobrellevar mejor ciertas enfermedades, pero conocer su funcionamiento en el cerebro amplia el rango de implicaciones clínicas que puede tener, recomendando “empezar a meditar ya, incluso con dedicarle unos minutos al día se podrán comprobar sus beneficios a largo plazo”. El hecho de demostrar que la meditación es una herramienta capaz de alterar y modificar la Red Neuronal por Defecto abre un amplio campo de investigación para el tratamiento de adicciones y trastornos de conducta.

APRENDER A MEDITAR
Cuando somos niños nos enseñan a cepillarnos los dientes, a atarnos los cordones de los zapatos, a vestirnos, a escribir….pero nadie nos enseña a meditar. Por este motivo lo primero que tenemos que tener presente antes de perder los nervios es que la meditación es algo que se aprende, si nos interesa, en la edad adulta. Y como cualquier aprendizaje se fundamenta en dos pilares esenciales: la práctica y la paciencia.
Postura de meditación
Hemos hablado de la meditación en varias ocasiones, especialmente sobre sus beneficios. Pero, ¿qué es meditar?, ¿cómo se medita?. Para los que estén interesados en ello, este artículo tratará de aportar algunas recomendaciones básicas que nos permitan iniciarnos en la práctica meditativa. Existen muchos manuales y libros sobre la meditación, sobre sus técnicas y pautas. No obstante y sin perjuicio de que la literatura nos abre las puertas y nos adentra en ámbitos que nos suscitan curiosidad, la idea de la meditación es pasar a la práctica.
Lo importante es poder encontrar un rato al día en el que podamos estar solos, en un espacio tranquilo de nuestra casa, sin mucho ruido. Podemos encender una luz tenue, una vela o poner un incienso. Respecto a la postura, lo más importante es mantener la columna vertebral recta: podemos sentarnos en el suelo con las piernas cruzadas y las manos suavemente apoyadas en las rodillas con las palmas hacia arriba o con el dedo índice y pulgar unidos. Si esta postura resulta incómoda podemos sentarnos en una silla con ambos pies apoyados en el suelo y las palmas de las manos hacia arriba, descansando sobre las rodillas.
Meditar no es pensar. Meditar es entrar en un estado interno de quietud. Para ello, empezamos la práctica centrándonos en la respiración. Efectuamos tres respiraciones profundas y completas (inhalar el aire por la nariz hinchando el abdomen, subiéndolo poco a poco hacia la zona media o pulmonar para terminar en la zona alta o clavicular), reteniendo el aire y expulsándolo lentamente por la nariz. A continuación efectuamos, por ejemplo, cinco respiraciones, contando el tiempo que tardamos en inhalar por la nariz de forma completa, retenemos el aire en el interior durante unos segundos, y exhalamos en el doble de tiempos que hemos necesitado para inhalar. Es muy probable que durante la práctica aparezcan pensamientos en nuestra mente. Es normal que ello suceda ya que estamos continuamente pensando, en la mente. Si es así, dejamos que esos pensamientos se acerquen y se alejen como si fueran nubes cruzando el cielo: lo importante es no engancharse ni recrearse en ellos. A la respiración podemos unir visualizaciones de objetos o paisajes agradables (imaginar que olemos una flor, el sol, una playa…). En la meditación no hay reglas estrictas, la única norma es dejarse fluir.
Con la práctica diaria y constante de la meditación nos sentiremos más tranquilos, más serenos y más conectados con nuestra esencia y con un estado interno de quietud. Si la practicamos por la mañana nos ayudará a afrontar el día con más conciencia y menos nerviosismo y si lo hacemos por la noche, nos iremos a dormir más tranquilos, relajados y satisfechos. Poco a poco podemos ir incrementando el tiempo de dedicación, recordando siempre que lo importante es la práctica y, por supuesto, el disfrute.

domingo, 4 de diciembre de 2011

MEJOR SI HOY COMBATIMOS EL ESTRES!


Antes de comenzar con los consejos para combatir el estrés veamos de qué ese trata este problema. El estrés es un estado de tensión emocional en el organismo como consecuencia de la acumulación de sentimientos de inseguridad, miedo, nerviosismo, ansiedad y otras tantas emociones negativas, que pueden ser causadas por innumerables situaciones.
Sin embargo, el problema no queda solo en nuestra mente: también sus síntomas se hacen evidentes en nuestro cuerpo. ¿Cuáles son las señales externas del estrés? Frecuentes dolores de cabeza, tensión corporal, mareos, insomnio, dificultades para descansar bien e irritabilidad. En los casos más graves, también se pueden sufrir problemas cardíacos, dificultades para respirar y resequedad en la boca.
El estrés es una situación desesperante que afecta todos los órdenes de la vida. No solo significa una amenza para la propia salud física y mental sino que, además, dificulta las relaciones humanas e impide disfrutar de la vida. Si notas que este mal está llegando a tu vida tienes que hacer algo para frenarlo. Ahora sí, presentamos los consejos que te enseñarán cómo combatir el estrés.
Cómo combatir el estrés en nuestro hogar 
El estrés no tiene horarios. Desde que nos acostamos hasta que amanecemos la mañana siguiente (si es que logramos dormir), nuestra cabeza no para de pensar en todo lo que nos preocupa. Por ello, aprovecha cualquier momento de tu rutina para aplicar estos tips para combatir el estrés. ¡Te serán muy útiles!
Relájate. Un momento de relax es la mejor arma para derrotar a nuestro enemigo, el estrés. Tú eliges cómo hacerlo: una sesión de masajes, un baño relajante, recostarte unos minutos sobre el sofa con tu música favorita de fondo o sentarte frente a una ventana y contemplar un bello paisaje son algunas de las tantas opciones para desenchufarte de las preocupaciones. No hay una única forma de relajarse. Prueba con todas y elige la que funciona mejor para ti.
Vive el presente. El estrés nos hace viajar en el tiempo. Muchas de tus preocupaciones seguramente sean por las cuentas que tienes que pagar mañana, porque el mes que viene tienes una reunión importante de trabajo o porque los chicos quizás no pasen de grado a fin de año. También es común que el estrés nos encuentre lamentándonos por el pasado: si uno de tus niños está enfermo, no ganas nada con lamentarte por qué no lo has llevado antes al médico. El pasado no lo podemos cambiar y el futuro depende del presente, por ello vive el aquí y ahora.
Sigue una dieta balanceada. Una alimentación sana mejora tu calidad de vida en todos los sentidos. El estrés jamás se podrá combatir si no comemos saludablemente. ¿Quieres una buena noticia? Está permitido el chocolate, pues se ha comprobado que este dulce ayuda a combatir la ansiedad. De lo contrario, evita el café, el cigarrillo y el alcohol.
Haz ejercicio. La actividad física, otro de los pilares de la vida sana, también es una forma de combatir el estrés porque tiene un gran efecto relajante. Cuando hacemos ejercicio, nuestra mente se olvida de las preocupaciones. Además, te sentirás con más energía y de mejor ánimo para encarar los problemas. No necesitas anotarte en un gimnasio: con caminar media hora por día alcanza. La próxima vez que salgas de casa, deja el automóvil y camina.
Escribe. Tómate un momento de soledad en casa y escribe a modo de diario íntimo. Escribir es un mecanismo para liberar los pensamientos y sentimientos que nos perturban.

Diviértete.
¿Qué tal una reunión en familia? ¿Por qué no juegas un poco con tus niños? ¿O una divertida salida con tu pareja o amigos? ¡No te prives de las cosas que te hacen feliz! La risa es indispensable para enfrentar los problemas con buena cara. Además, es muy saludable.
Cómo combatir el estrés en el trabajo
Otro lugar frecuente en el que se aparece el estrés es el ámbito laboral. El trabajo es un área muy importante en la vida de las personas, por lo que a veces enfrentarse a una situación que nos exige una gran responsabilidad puede ser motivo de mucha preocupación o ansiedad. A continuación, consejos para enfrentar el estrés laboral.
Habla con tu jefe. ¿No te sientes preparado para afrontar ese negocio tan importante? ¿Crees que no puedes con tanto trabajo? Es normal que te sientas estresado si te encuentras en una situación como esas, por ello habla con tu jefe y explícale lo que te sucede: te sentirás mucho más aliviado. En cambio, si te quedas callado, quizás los problemas empeoren.
Si el jefe eres tú, te recomendamos que pienses en el presente de tu negocio. Si el proyecto que pensabas lanzar en noviembre queda para enero del año siguiente, no te frustres ni lo tomes como un fracaso: quizás es una señal de que tienes que organizarte con tiempo y tranquilidad para prever los resultados. Pensar en el presente es la mejor forma de construir un futuro más sólido.
Tómate tiempo. ¿Tienes que decidir algo importante? La presión es un factor que nos hace caer en el estrés. Piensa las cosas con tranquilidad: por el bien de ti y tu continuidad en tu trabajo, no tiene sentido que te pronuncies sobre algo de lo que aun no estás seguro simplemente porque te apura el reloj. Otra razón para que hables con tus superiores cuanto antes.
Concéntrate en ti. Trabajar con mucha gente puede ser una tarea estresante. Si notas que alguien te perturba, lo mejor que puedes hacer es ignorarlo y concentrarte en tus tareas. Hay cosas que no podemos controlar, por eso pon tu mejor cara y presta atención a tus cosas.
¡Esperamos que estos consejos sobre cómo combatir el estrés te resulten útiles!. ¡Hasta la próxima!
Del Blog. Vivirsalud.com

martes, 22 de noviembre de 2011

Estres y la Hipertension Arterial


Estrés e Hipertensión Arterial
¿Qué es el estrés?

Es una exigencia que el medio ambiente impone a un organismo. El individuo se encuentra frente a una situación amenazante y agresiva ante la cual ha de utilizar sus recursos adaptativos con el fin de evitar un deterioro de su salud física y/o mental.
Una misma situación puede ser valorada como amenazante o no por diferentes individuos, por lo que su capacidad estresante resulta diferente para cada uno de ellos.
La reacción al estrés es muy compleja y la constituyen una sucesión de acontecimientos de tipo neuronal, muscular, cardiovascular, inmunológico y hormonal. Los experimentos de laboratorio muestran que el sistema cardiovascular es muy sensible a los estímulos externos amenazantes.

¿Puede el estrés ser causa de hipertensión arterial?

La situaciones vitales y el estrés pueden desempeñar un papel importante en el desarrollo y mantenimiento de la hipertensión arterial. Estos factores sicológicos se sumarían a otros factores como el tabaquismo o a los derivados de la dieta como la obesidad o la ingesta de sal en exceso.

¿Cómo el estrés crónico puede provocar hipertensión?

El estrés crónico puede provocar hipertensión a través de múltiples vías:
  • Aumentando el gasto cardíaco de origen simpático
  • Disminuyendo la actividad vagal
  • Aumentando los niveles de catecolaminas
  • Potenciando el sistema renina angiotensina aldosterona o
  • Disminuyendo la sensibilidad del reflejo barorreceptor.
¿Siempre el estrés conduce a hipertensión?

Desde el punto de vista epidemiológico se sabe que las personas que han sobrevivido a catástrofes naturales o bélicas muestran niveles elevados de presión arterial que se prolongan semanas o meses tras las mismas y luego vuelven a la normalidad.
No puede afirmarse, al día de hoy y con carácter general, que la hiperreactividad al estrés en situaciones puntuales permita predecir el desarrollo futuro de la hipertensión arterial. Las diferencias individuales son importantes y entre ellas, las derivadas de un funcionamiento exagerado del sistema nervioso simpático y de la presencia o no de antecedentes familiares de hipertensión arterial.


¿Qué repercusión tiene el estrés laboral en la hipertensión?

La actividad laboral se asocia a incrementos en los valores medios de presión arterial que pueden o no atravesar el umbral de hipertensión.
Se ha comprobado que la respuesta puede ser diferente en hombres y mujeres trabajadores. Mientras que el varón se ve más afectado por las demandas profesionales y situaciones de agresividad o ira contenidas, la mujer, sobre todo si es además madre de familia, presentaría mayor respuesta al estrés doméstico que al que manifestaba durante el trabajo.
Algunos subgrupos de personas con antecedentes familiares de hipertensión podrían resultar más sensibles al efecto del estrés y contribuir éste al desarrollo de hipertensión en el futuro.

¿Influyen las emociones en la presión arterial?

Determinados rasgos psicosociales como la variabilidad emocional negativa, que suele acompañarse de menor satisfacción social, mayor percepción de estrés diario, rasgos de ansiedad y síndrome depresivo suelen asociarse a una mayor respuesta de presión arterial y frecuencia cardíaca ante las emociones negativas percibidas a lo largo del día.

¿Sirven las técnicas de control de estrés para controlar la presión arterial?

La relajación es una técnica de autocontrol del sistema nervioso que puede ser utilizada como ayuda para el control de la hipertensión arterial. Los individuos pueden relajarse voluntariamente en distintas situaciones de su vida personal o profesional, lo cual favorece una disminución de la presión arterial por reducción de la activación del sistema nervioso autónomo. Pero no puede considerarse como la única herramienta para el manejo de la hipertensión.
Recuerda que no es normal sentir estrés diariamente, ya que ello se debe en a una situación personal de incertidumbre que nos genera inseguridad y miedo. A veces, descansar en el momento adecuado y necesario es mucho mejor, que seguir corriendo de un lado para el otro.

Manejo de Estrés para Controlar la Hipertensión

Las investigaciones indican que buenas técnicas de relajación y una rutina de meditación pueden ser muy beneficiosas cuando se quiere controlar la hipertensión. Es más, estos estudios indican que en casos altamente exitosos de manejo de estrés, algunos pacientes han podido reducir la medicación que tomaban para controlar la hipertensión. Solo 15 o 20 minutos al día de práctica de estas técnicas pueden ser suficientes para reducir la dependencia a algunos medicamentos. La meditación y la respiración profunda pueden ser buenas alternativas a tener en cuenta.
MÉTODO DE RESPIRACIÓN PROFUNDA CONCIENTE
Una buena salud respiratoria previene todo tipo de enfermedades físicas y emocionales. El ritmo actual de vida favorece la respiración incompleta que no utiliza la total capacidad de los pulmones. Los hábitos correctos de respiración son muy importantes, ya que aportan al organismo el suficiente oxigeno para nuestro cerebro.
A través de este método de ejercicios de Respiración Profunda Consciente, podrás conocer la herramienta ideal para canalizar la energía de tu cuerpo y tu mente y lograr un estado ideal de relajación, aceptación y equilibrio emocional.
Beneficios:

Desaparece  la fatiga, la depresión y estados de tensión y estrés cuando el trabajo de oficina ha sido muy intenso
Mejora la Hipertensión arterial
Mejora las digestiones pesadas y favorece su buen funcionamiento
Mejora captación de oxígeno y expulsión de CO2. desintoxicando pulmones y sangre
Contribuye a mejorar la capacidad pulmonar
Mejora el funcionamiento de órganos internos
Al  desarrollar una respiración consciente y profunda, favorece la relajación y la concentración.

Instructora: Ana Emilia Lyon. Renacer Spa Center

martes, 1 de noviembre de 2011

LA ANSIEDAD...UN MAL DE NUESTRA EPOCA


Muchas situaciones a las que nos enfrentamos nos producen una mezcla de miedo e inseguridad, que llega a producirnos alteraciones físicas, afectando nuestra calidad de vida. Estas sensaciones son síntomas de la ansiedad, y para disminuirlas, primero tenemos que saber respondernos a la pregunta qué es la ansiedad,
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es una sensación de nerviosismo, aprensión, temor o preocupación, que se prolonga en el tiempo e interfiere con la capacidad de dormir y realizar actividades correctamente. La ansiedad puede ocurrir sin una causa, o puede ocurrir por una situación que la desencadene, pero la reacción de la persona es mayor a la que se esperaría normalmente.
La ansiedad conlleva los síntomas sicológicos como el nerviosismo, la aprensión, la preocupación, junto con síntomas físicos. Por lo general, estos síntomas están relacionados con el corazón, los pulmones, el sistema nervioso y el gastrointestinal. Por ejemplo, puedes tener malestar estomacal, diarrea, dificultad para respirar, sensación de que te vas a desmayar, o como si fueras a tener un ataque cardíaco. Es una reacción como la del miedo, pero más prolongada y sin tener claro qué es lo que te preocupa puntualmente.
¿Qué causa ansiedad?
La ansiedad es a menudo provocada por el estrés en nuestras vidas. Algunos de nosotros somos más vulnerables a la ansiedad que otros, pero todos la hemos sufrido en mayor o menor grado, por ejemplo, al dar un examen para la universidad, al recibir una mala noticia, al romper con la pareja, etc. Lo importante es poder reconocerla y aprender a manejarla para que no interfiera en nuestra vida.
¿Cómo puedo reconocer la ansiedad?
Si te sientes constantemente preocupado por algo (aunque no sepas claramente por qué), y tienes algunos de los siguientes síntomas físicos, seguramente tienes ansiedad:
  • Sientes los músculos tensos.
  • Presentas temblores de las manos.
  • Sientes el estómago revuelto.
  • Tienes náuseas.
  • Presentas diarrea.
  • Sufres de dolor de cabeza.
  • Tienes dolor de espalda.
  • Sientes frecuentemente que te palpita fuerte el corazón.
  • Presentas sudoración intensa.
  • Sientes un entumecimiento u “hormigueo” en los brazos, manos o piernas.
  • Sientes como que se te nubla la vista y que te vas a desmayar.
Es fácil confundir los síntomas de la ansiedad con los de un ataque cardíaco y si piensas que estás sufriendo uno, aumentará tu ansiedad y tus síntomas.
¿Es mejor evitar las situaciones que producen ansiedad?
En parte, evitar lo que te produce ansiedad te ayudará a sentirte mejor. Si la situación la puedes evitar y no se volverá a presentar te ayudará, pero si sólo la evitas por un momento, volverás a tener ansiedad en el largo plazo. Lo mejor es aprender a manejarla, porque sino te irás acostumbrando y la sentirás más frecuentemente, por ejemplo, al salir a la calle, al estar con mucha gente, etc., te irás acostumbrando a reaccionar con más ansiedad de la normal.
¿Qué puedo hacer para sentirme mejor?
Aprender a manejar el estrés en tu vida, a ver que nada es tan grave y sentirlo así, te ayudará a disminuir tu ansiedad y a controlarla cuando sientas que ya vienen sus síntomas. Organizarte en tus actividades, planificar y ponerte metas a corto plazo te puede ayudar a disminuir el estrés y la ansiedad, así como cultivar tu paciencia y practicar técnicas de relajación.
También es importante que comas sano, realices ejercicio con regularidad, respetes tus horas de sueño, evites las sustancias dañinas (como el alcohol, tabaco, drogas, comida chatarra), te des tiempo para el ocio y que enfrentes positivamente la vida.
Si te encuentras pensando negativamente en algo, por ejemplo, diciendo “no lo voy a poder hacer”, piensa “es difícil, pero lo puedo lograr”, y de a poco verás que puedes ir controlando tus pensamientos y tus sensaciones. También puedes tomar una infusión de hierbas, como el tilo, que te ayudarán a relajarte.
Seguramente al principio te costará manejar la ansiedad, pero tienes que intentar hacerlo por ti mismo. Si no puedes, tendrás que hablar con un psicólogo que te ayude a manejar el estrés y aprender a controlar la ansiedad.
Con paciencia y ánimo se puede lograr.