lunes, 27 de junio de 2011

EFECTOS DEL ESTRÉS SOBRE EL ORGANISMO Y LA MENTE


Conversación acelerada
· Cansancio
· Reducción de las defensas
· Trastornos gástricos (úlceras)
· Tensiones musculares
· Dolores de cabeza
· Miedo
· Aumento de la presión sanguínea
· Hipersensibilidad
· Erupciones cutáneas
· Trastornos del sueño
· Reducción del rendimiento
· Aceleración del pulso
· Trastornos de la concentración
· Inseguridad

Al leer esta lista, no exhaustiva, nos damos un poco más cuenta de los malos, incluso de los peligrosos efectos que puede producir el estrés sobre el organismo. Por ello, les recomendamos una serie de pautas, no sólo para intentar controlarlo, sino también para prevenirlo:
· Localice el origen. La mayoría de las personas están más pendientes del estado del tiempo o del saldo de su cuenta corriente que de la tensión de su propio cuerpo. Pero no olviden que saber qué es el estrés, reconocerlo y, sobre todo, averiguar qué lo está desencadenando y cómo está afectando a nuestro organismo, es el primer paso en su manejo y control.

· Cuide su alimentación. Tabaco, café y alcohol lo potencian, por lo que es necesario limitar su consumo. La dieta tiene que ser equilibrada, rica en verduras, fruta y fibra y baja en grasas y azúcares. Coma despacio y de forma regular.

· Haga ejercicio, le conviene. La actividad física de forma regular, mejora su bienestar general y ayuda a prevenir el estrés y las enfermedades que provoca.

· Aprenda a contar lo que le pasa. No guarde sus sentimientos: son una bomba de tiempo. Aquellos que transmiten sus emociones padecen menos trastornos.

· Practique el optimismo. Rechace los pensamientos negativos y sustitúyalos por pensamientos positivos. No es fácil hacerlo, pero no es imposible. Ser flexible y tener actitudes positivas ante la vida aumenta las defensas.

· Aprenda a decir NO. Es importante no crearse más obligaciones de las necesarias. Atrévase a dar su opinión y no se sobrecargue con responsabilidades excesivas.

· Dé a su cuerpo y a su mente la oportunidad de relajarse. El fin de la relajación es disminuir la ansiedad y la tensión muscular sobre todo en situaciones de presión. Es imposible estar relajado físicamente y tenso emocionalmente al mismo tiempo. No pueden convivir en el mismo momento la sensación de bienestar corporal y la de estrés mental.

LA TÉCNICA DE RELAJACIÓN

Cerrar los ojos, dejarse llevar por una música suave que induce a entrar en ondas alfa (hay grupos que se especializan en componer este tipo de música), centrar todo esfuerzo mental en la respiración profunda, visualizar cómo se relaja cada músculo, ordenar al cuerpo que descanse y sentir el bienestar inmediato, es la primera impresión que se tiene.

Ejercicio práctico:

1. Si puede descálcese, aflójese la ropa y trate que su cuerpo esté totalmente libre de toda opresión.

2. Acuéstese en el piso sobre una colchoneta o alguna superficie blanda, boca arriba, los brazos y las piernas ligeramente separados del cuerpo, con las palmas de las manos y la punta de los pies en su posición natural.

3. Con su mente, dirija su atención a sus pies, y relájelos mentalmente, sienta como se aflojan los dedos, las plantas, los tobillos. Relaje las rodillas y muslos de sus piernas. Afloje sus órganos bajos, su cadera y su cintura. Relaje su columna vértebra a vértebra. Relaje su vientre. Se relaja su pecho, se aflojan sus hombros, sus brazos, sus manos, los dedos de sus manos. Se relaja su cuello, su rostro... ya todo es equilibrio y armonía en su interior. Su mente se aquieta, se aquieta... y esa quietud se deja llevar... llevar... y llevaaar..

4. Después de unos cuantos minutos de acuerdo a sus posibilidades empiece a volver de la siguiente manera: Y de ese dejarse llevar y llevar comience a volver... volver... volver a percibir su respiración que se esta haciendo cada vez más profunda, más consciente. Vuelva a percibir su cuerpo totalmente relajado, distendido. Mueva sus pies, los dedos de sus manos, estire los brazos por encima de su cabeza, bostece, arquee su columna hacia un lado y hacia otro. Tómese su tiempo para volver.

Si desea mejorar su grado de conciencia muscular, realice una serie de movimientos con cada segmento corporal procurando que la tensión muscular sea la menor posible y que se contraigan únicamente aquellos músculos que son los verdaderos protagonistas del movimiento.

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